18 de febrero de 2017

CUENTO RÚSTICO 32: LA DIAGONAL

CR32 (18.02.2017)
SIETE CUENTOS DE AMOR: (4) LA DIAGONAL
La diagonal es una calle no muy larga y muy atípica ya que altera el clásico diseño de tablero de ajedrez de las ciudades construidas a la usanza española

En esta calle se accede desde la universidad al centro citadino de manera rápida por una combinación de paseo peatonal y callejuela lo que siempre ha hecho que sea un agrado caminarla

Está impregnada de su ambiente académico y en los últimos tiempos repleta de bares y cafés que le han incrementado su aire bohemio apreciado por los estudiantes y despreciado por los residentes

Caminaban de noche y no muy tarde ya que a ella le habían concedido poco permiso para disfrutar la primera fiesta de adolescentes organizada en la casa del rucio Kelly

La niña frágil era sobreprotegida aunque perdieron la batalla cuando fue raptada como las mujeres mapuches para ser amante precoz a través de los parajes y de los tiempos

Sólo habían bailado una vez recordando el primer baile de año nuevo y los sudores y rubores estaban desapareciendo con la brisa del sur

De pronto en la mitad del trayecto él tomó su mano de manera inesperada le miró con ojos casi llorosos y le dijo quieres ser la mujer de mi vida

Aunque ella lo esperaba calló por decoro y se mostró dubitativa

Aún aparecían en su corazón las jugadas de ajedrez y en su piel el sabor de los apetecidos pasteles de la plaza de pueblo

No estaba para compromisos serios y dudó con cierta cuota de angustia

El la detuvo y la abrazó suavemente con la ternura que es propia de los jóvenes que quieren ser hombres escurrió su pelo enrulado hacia atrás y la besó bellamente

La besó desesperadamente con besos que querían convencer acerca de la verdad de los sentimientos

Terminaron de caminar la diagonal en silencio

Viajaron de retorno al pueblo en silencio

Bordearon el río del pueblo en silencio

Y al final del viaje se despidieron con un beso tierno

Mañana nos vemos en la laguna de la universidad

Él se recostó en su cama mirando el cielo negro y flotó en el infinito.



17 de febrero de 2017

CUENTO RÚSTICO 31: EL PARAGUAS AMARILLO

CR31 (17.02.2017)
SIETE CUENTOS DE AMOR: (3) EL PARAGUAS AMARILLO
En esos tiempos de antaño había que esperar en largas filas para lograr subirse a un bus que te llevara a tu pueblo

Para regresar era conveniente caminar hasta la estación de trenes ya que al frente estaba la estación de buses donde las gentes se agolpaban para regresar a sus hogares

Esa tarde caía una suave llovizna que obligó a la mayoría a desplegar sus paraguas pareciendo la fila una interminable muestra de colores

Había salido del colegio como siempre y caminó taciturno y pensativo como era su costumbre porque le gustaba esa sensación de espacio propio cuando caminaba las calles

Entonces llegó distraído y un tanto mojado por esa llovizna insistente que nunca olvidó

Cuando llegó al lugar de las gentes dejó de mirar el suelo mojado con su mechón rebelde colgando hacia la tierra

Al levantar la vista sólo vio un paraguas amarillo que fulguraba sobre los demás irradiando atracción

Caminó lentamente hacia la mitad de la fila donde estaba ella con su parka también amarilla y se cobijó bajo el paraguas sin decir nada

Ella lo miró con una sonrisa lenta y blanca repleta de aceptación sin palabras

Y se contemplaron mutuamente sin decir palabras

Se abrieron las nubes y destelló un sol temeroso que les avisó que se amarían

Aún reverberan mezcladas las gotitas de agua y los destellos de sol que se fundirían tiempo después en un amor eterno.


11 de febrero de 2017

CUENTO RÚSTICO 30: SIETE CUENTOS DE AMOR: (2) EL BAILE

CR30 (11.02.2017)
SIETE CUENTOS DE AMOR: (2) EL BAILE
Ella estaba extrañamente sola sentada en el sofá al fondo de la sala de la casa de población de la vecina común

Era un baile de amigos de fin de año de casi cinco décadas atrás

Era extraño que estuviese sola ya que era conocida su amistad especial con el jugador insistente de ajedrez que la acompañaba en esos años de exploración de la pubertad

La miró como su abuelo le había enseñado con una mirada penetrante que debía sostener sin la angustia y a veces vergüenza de los niños que quieren ser jóvenes

La idea era sostener la mirada hasta que ella bajara la suya y quedase expuesta a la dominación del niño que se sentía atraído intrépidamente

Cruzó la salita estrecha y no le dijo nada estirando su mano para invitarla

Ella le sonrió con un pequeño dejo de sorpresa que brilló en sus ojos

Era una música lenta y romántica la que invadía el baile

Esa música que se ofrece cuando las energías están agotadas de tanta cumbia y salsa fiestera

Se acercan y suavemente sus cuerpos se amoldaron igual que cuando se cimientan los durmientes de los trenes sin fin

Con suavidad y solidez para evitar que se desperdigaran los cuerpos con estertores descontrolados y desconocidos

Y les recorrió una placidez como si hubiesen bailado siempre juntos siendo la primera vez

Y se acercaron los sonrojos de las respiraciones al oído y una breve y suave transpiración que les enrojeció los pómulos

Y no dijeron nada sólo bailaron un baile que les pareció amablemente eterno

El fulgor de las miradas prevalece labrado en la piel como los tatuajes incólumes hasta hoy.

10 de febrero de 2017

CUENTO RÚSTICO 29: SIETE CUENTOS DE AMOR: (1) LUNARES BLANCOS

CR29 (10.02.2017)
SIETE CUENTOS DE AMOR: (1) LUNARES BLANCOS
El prolegómeno tiene dos contenidos

La amiga lejana que desde el norte al ver las reiteradas fotografías de la novia eterna dijo virtualmente deberías escribir un libro de amor y lo pensé posible

Zaz en la Plaza de Mayo cantando la revolución del colibrí

Donde el colibrí llevaba gotas de agua en su piquillo intentando apagar el incendio forestal las otras aves preguntaban cómo pretendes apagar algo tan voraz con tan poca agua y el colibrí contestaba cada cual debe hacer su parte

Entonces comprendí que el amor que pertenece a quienes están dispuestos a regalarlo es tan propio de sus almas gratuitas que es imposible invadirlo

Comprendí entonces que valía la pena escribir cuentos de amor propio hasta siete

Para regalarlos gratuitamente como quien regala flores amorosas y gotas de agua que nada apagan pero que todo lo riegan de sentimientos buenos

Hasta siete porque siete son los días de cada semana que serán regalados por siempre cuando se ama

Y venía la niña caminando graciosamente frente a la plaza del pueblo de siempre

La conocía desde que se odiaban cuando niños porque les sentaban juntos en los cumpleaños y siempre les insistían zalameramente que bailaran

Y transcurrieron años de inexplicables lejanías de púberes ingenuos

Hasta que cruzó la plaza con la faldita azul con lunares blancos de distintos tamaños que la hacía ver radiante y graciosa como las flores regaladas y las aguas de los colibríes

Él como nunca estaba en el pórtico de la casa en esas cavilaciones antojadizas propias de los adolescentes

Cuando la vio venir cadenciosamente crecida y esbelta

Había dejado de ser la niña palidita y un poco arrogante que hablaba refinado

Era ya un atisbo de mujer con su pelo azabache enrollado en rulitos negros que caían sobre sus hombros y espalda

Sus piernas arrastraban el suelo abriendo surcos potentes en la tierra para imposible dejar de hacer huella

Al verla él se dijo a escondidas hela ahí la mujer de mis sueños

La buscaré para seguirla por siempre porque huele a amor eterno

Y pasaron los tiempos sin que se encontraran

Pasaron los tiempos.