28 de marzo de 2017

CUENTO RÚSTICO 34: EL REENCUENTRO

CR35 (28.03.2017, Georgia, USA)

SIETE CUENTOS DE AMOR: (5) EL REENCUENTRO
Siempre cuando los amores se pierden es posible el olvido

Caminaban sin poder mirarse después de tres años de apasionados amores adolescentes

Sin decir palabras se dijeron adiós sin saber por qué lo hacían para alejarse hacia unas vidas de misterios y ausencias

Al menos eso creyeron en ese momento de dudas propias del enamoramiento emocional y aterradoramente pasional de los jóvenes amantes

Donde todo se expresaba sin límites y los sabores la piel y los olores eran el contenido que todo lo llenaba

Ella caminó hacia la universidad donde siempre tuvieron lugares para jurarse amor eterno entre acogedores matorrales que parecían selvas con flores violetas que eran eternas

Él se fue errante por los espacios de las calles tropezando torpemente con los pastelones impertinentes con pensamientos tristes sin destino

Un día cualquiera en la reunión de dirigentes estudiantiles el amigo jugador de ajedrez le susurró al oído ella viene a la reunión es presidenta del centro de alumnas de su colegio

Esa abierta complicidad le incomodó porque le asignaba un control indebido sobre ellos aunque hubiese transcurrido un largo año de ausencias

La reunión fue muy rápida ya que él la dirigía proponiendo rápidas acciones para finalizar prontamente

Al salir preguntó vas hacia la universidad como siempre

Ella le miró con una leve sonrisa cómplice sin contestar palabra alguna

Caminó a su lado sólo escuchando los pasos y las respiraciones de ambos

De pronto de manera imperceptible sus brazos rozaron sus pieles y todo se transformó en emociones intensas y rubores del pasado

Al llegar acordaron encontrarse el otro día en la tarde frente a la laguna de los patos

Él alcanzó a llegar anticipado por el ansia del reencuentro

Ella se quedó aislada por la protesta acostumbrada de los universitarios

Los coligues embanderados de victorias y derrotas y las bombas lacrimógenas de los pacos levantaron una frontera infranqueable que frustró la llegada

El día siguiente entre los frescos prados y de testigos los árboles añosos se reencontraron en un suave abrazo sin palabras que fue regalado de besos tiernos

Se reencontraron una tarde de abril por siempre.



19 de marzo de 2017

CUENTO RÚSTICO 33: EL NIÑO Y EL ANCIANO EN EL ENSAYO

CR33 (19.03.2017)
EL NIÑO Y EL ANCIANO EN EL ENSAYO
Al ingresar al teatro lo primero que impactaba era que dos corridas de imponentes palcos trepaban por ambos lados subiendo por las paredes curvas del domo
Lo habían diseñado esférico para que atrapara las notas flotando y rebotando insistentes entre espacios sin fin
El resto de la sala era pulcra ordenada y limpia para que nada impidiera la transparencia de la música
El nieto de un año y más se detuvo expectante al escuchar la mezcla anarquista y asincrónica del afinamiento de los instrumentos donde los acordes no existían sino que los sonidos ruidosos se golpeaban enloquecidos sin destino alguno
Pero él observaba desconcertado con el ceño fruncido y a veces levantando su mano como queriendo ordenar las cosas
Lo interesante era que guardaba cauto silencio y no hacía los berrinches tan propios de su edad
Había dos estudiantes de música que tomaban notas por acá un hombre gordo a medio sentar por allá una pareja joven con la madre amamantando al otro lado y en el centro del teatro un anciano delgado y alto con su mujer al lado
Inundaba un grato silencio en la sala sin los toscos estornudos típicos de los conciertos masivos ni los impertinentes que desdoblan sus caramelos de celofán que hieren los oídos ni el chillido de las butacas antiguas que resulta del movimiento de traseros inquietos
Sólo había quietud y sonido era el ensayo
De pronto ingreso un hombre medianamente bajo canoso y gordito que inmediatamente irradiaba confianza y amabilidad
Era lo contrario del estereotipo absorto huraño y mandón del Director de Orquesta
Al ingresar todos fueron callando paulatinamente los instrumentos y una joven concertino interpeló la afinación final antes de comenzar
El gordito se giró dijo unas amables palabras para el escuálido público que no logré entender y dio breves instrucciones a sus músicos sobre los acordes 48 y 56
Sonaron algunos instrumentos que hablaron brevemente entre sí y luego el silencio que no es falta de ruido sino que expectación por el sonido devorado por la estética
De pronto irrumpió un estruendo que provocó un momento mágico inesperado donde todo se transformó en armonía y música
El Director en un exabrupto comenzó a ejecutar el ensayo completo de la obra sin interrupciones sin sonidos impertinentes provocando un estado de agradable sopor en la sala que lo inundó todo
Los violines compusieron suaves melodías que se acompañaban por coquetas violas amables chelos y furibundos contrabajos
Dos arpas deslizaron armoniosas secuencias casi imperceptibles que rememoraban las cortes en los palacios amurallados de adobe del Rey Salomón
Nunca supimos por qué dos arpas quizás por capricho de Edgar quien al componer su poema sinfónico In the South quiso traernos remembranzas de cortesanas bíblicas
Y mientras se mezclaban con cierta ira los timbales xilófonos y platillos logrando una algarabía que repletaba los espíritus haciendo resoplar las carnes se encumbró de su asiento el anciano y permaneció marmolizado escuchando impactado el ensayo
Él se mantuvo inmóvil y expectante con su cabello blanco pulcramente peinado tan pulcro como su alma que estaba electrizada
Al igual que las arpas nunca se sabrá si se paraba por el dolor de su afiebrada cadera o porque tributaba su admiración y emoción con la rigidez atónita de su cuerpo
Al finalizar se escuchó el regalo de unos tímidos aplausos los músicos se aplaudieron a sí mismos golpeando sus atriles por lo grato de la magia de la música bien hecha
Todos se fueron a la feria de los sábados de Columbus Georgia a comprar rábanos y frutillas silvestres.


18 de febrero de 2017

CUENTO RÚSTICO 32: LA DIAGONAL

CR32 (18.02.2017)
SIETE CUENTOS DE AMOR: (4) LA DIAGONAL
La diagonal es una calle no muy larga y muy atípica ya que altera el clásico diseño de tablero de ajedrez de las ciudades construidas a la usanza española

En esta calle se accede desde la universidad al centro citadino de manera rápida por una combinación de paseo peatonal y callejuela lo que siempre ha hecho que sea un agrado caminarla

Está impregnada de su ambiente académico y en los últimos tiempos repleta de bares y cafés que le han incrementado su aire bohemio apreciado por los estudiantes y despreciado por los residentes

Caminaban de noche y no muy tarde ya que a ella le habían concedido poco permiso para disfrutar la primera fiesta de adolescentes organizada en la casa del rucio Kelly

La niña frágil era sobreprotegida aunque perdieron la batalla cuando fue raptada como las mujeres mapuches para ser amante precoz a través de los parajes y de los tiempos

Sólo habían bailado una vez recordando el primer baile de año nuevo y los sudores y rubores estaban desapareciendo con la brisa del sur

De pronto en la mitad del trayecto él tomó su mano de manera inesperada le miró con ojos casi llorosos y le dijo quieres ser la mujer de mi vida

Aunque ella lo esperaba calló por decoro y se mostró dubitativa

Aún aparecían en su corazón las jugadas de ajedrez y en su piel el sabor de los apetecidos pasteles de la plaza de pueblo

No estaba para compromisos serios y dudó con cierta cuota de angustia

El la detuvo y la abrazó suavemente con la ternura que es propia de los jóvenes que quieren ser hombres escurrió su pelo enrulado hacia atrás y la besó bellamente

La besó desesperadamente con besos que querían convencer acerca de la verdad de los sentimientos

Terminaron de caminar la diagonal en silencio

Viajaron de retorno al pueblo en silencio

Bordearon el río del pueblo en silencio

Y al final del viaje se despidieron con un beso tierno

Mañana nos vemos en la laguna de la universidad

Él se recostó en su cama mirando el cielo negro y flotó en el infinito.



17 de febrero de 2017

CUENTO RÚSTICO 31: EL PARAGUAS AMARILLO

CR31 (17.02.2017)
SIETE CUENTOS DE AMOR: (3) EL PARAGUAS AMARILLO
En esos tiempos de antaño había que esperar en largas filas para lograr subirse a un bus que te llevara a tu pueblo

Para regresar era conveniente caminar hasta la estación de trenes ya que al frente estaba la estación de buses donde las gentes se agolpaban para regresar a sus hogares

Esa tarde caía una suave llovizna que obligó a la mayoría a desplegar sus paraguas pareciendo la fila una interminable muestra de colores

Había salido del colegio como siempre y caminó taciturno y pensativo como era su costumbre porque le gustaba esa sensación de espacio propio cuando caminaba las calles

Entonces llegó distraído y un tanto mojado por esa llovizna insistente que nunca olvidó

Cuando llegó al lugar de las gentes dejó de mirar el suelo mojado con su mechón rebelde colgando hacia la tierra

Al levantar la vista sólo vio un paraguas amarillo que fulguraba sobre los demás irradiando atracción

Caminó lentamente hacia la mitad de la fila donde estaba ella con su parka también amarilla y se cobijó bajo el paraguas sin decir nada

Ella lo miró con una sonrisa lenta y blanca repleta de aceptación sin palabras

Y se contemplaron mutuamente sin decir palabras

Se abrieron las nubes y destelló un sol temeroso que les avisó que se amarían

Aún reverberan mezcladas las gotitas de agua y los destellos de sol que se fundirían tiempo después en un amor eterno.


11 de febrero de 2017

CUENTO RÚSTICO 30: SIETE CUENTOS DE AMOR: (2) EL BAILE

CR30 (11.02.2017)
SIETE CUENTOS DE AMOR: (2) EL BAILE
Ella estaba extrañamente sola sentada en el sofá al fondo de la sala de la casa de población de la vecina común

Era un baile de amigos de fin de año de casi cinco décadas atrás

Era extraño que estuviese sola ya que era conocida su amistad especial con el jugador insistente de ajedrez que la acompañaba en esos años de exploración de la pubertad

La miró como su abuelo le había enseñado con una mirada penetrante que debía sostener sin la angustia y a veces vergüenza de los niños que quieren ser jóvenes

La idea era sostener la mirada hasta que ella bajara la suya y quedase expuesta a la dominación del niño que se sentía atraído intrépidamente

Cruzó la salita estrecha y no le dijo nada estirando su mano para invitarla

Ella le sonrió con un pequeño dejo de sorpresa que brilló en sus ojos

Era una música lenta y romántica la que invadía el baile

Esa música que se ofrece cuando las energías están agotadas de tanta cumbia y salsa fiestera

Se acercan y suavemente sus cuerpos se amoldaron igual que cuando se cimientan los durmientes de los trenes sin fin

Con suavidad y solidez para evitar que se desperdigaran los cuerpos con estertores descontrolados y desconocidos

Y les recorrió una placidez como si hubiesen bailado siempre juntos siendo la primera vez

Y se acercaron los sonrojos de las respiraciones al oído y una breve y suave transpiración que les enrojeció los pómulos

Y no dijeron nada sólo bailaron un baile que les pareció amablemente eterno

El fulgor de las miradas prevalece labrado en la piel como los tatuajes incólumes hasta hoy.