Varios libros disponibles en More Books - Amazon.com y otras librerías virtuales...
27 de junio de 2016
22 de junio de 2016
Telemedicina Gestión del Conocimiento y aplicaciones en contextos clínico-universitarios.
Videonconferencia
La Telemedicina en la Gestión del Conocimiento
y sus aplicaciones en contextos clínico-universitarios.
Expondrán:
Dr. Marcial Garcia Rojo, Presidente, Asociación Iberoamericana de Telesalud y Telemedicina (AITT); Dra. Angélica Avendaño Veloso, de la Universidad de Concepción, Chile;
Dr. Marcelo Careaga Butter, de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Chile
Dr. Marcial Garcia Rojo, Presidente, Asociación Iberoamericana de Telesalud y Telemedicina (AITT); Dra. Angélica Avendaño Veloso, de la Universidad de Concepción, Chile;
Dr. Marcelo Careaga Butter, de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Chile
Jueves, 30 de Junio 2016, 12:00 PM Chile Time
Para participar registrarse en:
21 de junio de 2016
CUENTO CORTO PARA NIÑOS (19): FÁBULA DEL ELEFANTE DE COLORES
Mi primer cuento para niños, dedicado con mucho amor para mi nieto Benjamín...
CCPN19
FÁBULA DEL ELEFANTE DE COLORES
FÁBULA DEL ELEFANTE DE COLORES
Como todos los cuentos para niños este cuento debe comenzar así
Había una vez un elefantito que lo primero que hizo en su vida fue rebotar dos veces sobre la cama de hojas que lo recibió al nacer
Cuando miró hacia arriba lo primero que vio fue una inmensa mancha gris
Era su madre elefante que tenía unas patas de color gris una panza de color gris dos grandes orejas grises y una trompa que era como una larga mano también de color gris
Como nació en un atardecer un tanto sorprendido al mirar a su alrededor notó que todo estaba gris
Al llegar la mañana cuando fue a beber al charco se reflejó en el agua y se dio cuenta que también era de color gris
Entonces se puso muy triste porque creyó que había nacido en un mundo sin colores
De pronto entre los matorrales que rodeaban el charco apareció el duende bueno del bosque quien le preguntó por qué estás tan triste elefantito nuevo
El elefantito le dijo estoy triste porque veo todo gris a mi mamá que es gris al atardecer que es gris y porque yo mismo soy de color gris
Acaso acá no hay colores duende bueno del bosque
El duende le dijo los colores son muchos pero son colores buenos y para los que hacen cosas buenas
Entonces el elefantito comenzó a explorar la selva y de pronto vio a un león persiguiendo a una cebra y vio a una serpiente tras un ratón
Y vio a unos monicacos chillando entre los árboles y unas jirafas golpeándose sus cuellos
Entonces prometió sólo comer hojas y flores para no tener que cazar
Y prometió crecer mucho para no tener que pelear con nadie
Con su trompa atrapó unas hojas tiernas y las comió lentamente
Luego encontró unas flores silvestres de muchos colores y se las comió entretenido
A la mañana siguiente cuando fue a beber fue muy grande su sorpresa al ver reflejadas en el charco sus grandes orejas de muchos colores
Se puso a correr y saltar con tanta alegría hasta que se quedó dormido en el bosque sobre una cama de pasto y de hierbas verdes
En su sueño el duende bueno le dijo cada vez que hagas algo bueno te pintarás de colores
Así el elefante creció y caminó siempre tranquilo y lentamente por la selva ayudando a los animales heridos consolando a las hienas cuando lloraban y bañando con su trompa con grandes chorros de agua a los tigres y las cebras
Como siempre caminaba ayudando a los otros animales e iba por la selva comiendo pastos y flores nunca más volvió a verse reflejado en el charco de agua
Todos los animales cuando lo veían venir decían ahí viene el elefante bueno pintado de colores
Todos querían que fuera el nuevo rey de la selva
El duende está feliz en el bosque esperando a que nazca otro animal bueno para hacerlo rey y pintarlo de colores.
7 de junio de 2016
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y RELACIONES INTERCULTURALES: UN MODELO APLICADO EN CHILE
Tenemos publicado un nuevo libro en AMAZON titulado:
GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y RELACIONES INTERCULTURALES:
UN MODELO APLICADO EN CHILE
Autora: Carole Benassi
Coautores: Marcelo Careaga, Eileen Sepúlveda
CUENTO SEMICORTO 18: ATERRADO
CSC18
(01.06.2016)
ATERRADO
Llegó solo a la
habitación del hotel de una de las tantas ciudades que visitó porque siempre le
gustó viajar y conocer ciudades nuevas
No entendía por
qué le gustaba tanto conocer ciudades si cada vez que se quedaba solo en la
habitación de cualquier hotel entraba en una zona de pánico que lo envolvía
hasta aterrarlo
Se le producía un
descontrol que el interpretaba como bioquímico que le sobrepasaba los niveles
de conciencia y que entendía que no era conductual
Era pavor un pavor
trascendente ante la detención abrupta de la cotidianidad de la vida
Las habitaciones
de los hoteles eran estáticas inamovibles en su extraña confortabilidad ajena e
impropiamente limpia
Se acostó de
espaldas mirando el cielo raso tratando de encontrar moscas o zancudos vivos o
muertos daba igual no había nadie era la soledad plena
Sintió que el
colchón lo atrapaba y que el cielo se alejaba generando un tubo que lo perdía
en el espacio
Al sentir que el
calor lo agobiaba se desnudó y comenzó a mirar las murallas conversando con
ellas sus atribulaciones desorbitadas
Había aire
acondicionado y el calor igual lo agobiaba le faltaba el aire y una mezcla de
angustia y ansiedad lo aterraba
Quería pensar
claro para evadir esa sensación de vulnerabilidad y desamparo
Comenzó a recordar
sus clases de epistemología divagando será la insoportable levedad del ser de
Kundera será la náusea existencial de Sartre será desengaño o vacío desesperado
será la falta de una noción trascendente y metafísica divagaba
Entonces regresaba
a su ambivalencia emocional y se cobijaba entorno a sus piernas desnudas y
fetalmente miraba el espacio perdido que lo devoraba como lobos hambrientos
Se orinó de terror
y sintió que sus fluidos corporales no estaban vaporosos se habían enfriado
como estertores de muerte blanca
Recordó que cuando
acompañaba a las viudas en los funerales no le gustaba mirar los rostros de los
difuntos porque les temía y prefería recordar las miradas de los vivos
Pero ahora se veía
a sí mismo empalidecido transparente volátil flotando volando entre sedas que
le daban cosquillas y nubes que le invitaban a caer al abismo
Su rostro estaba
muerto pero con los ojos abiertos que le miraban
Se le había
desdoblado la vida y no sabía cómo regresar
El yo había
perdido su ser se había extraviado su seguridad ontológica y derivaba por una
interminable y aterradora duda existencial
Estaba
moribundamente perdido en el éter que era el ethos eterno era alfa y omega era
el principio y el fin
Y él no estaba ni
en el principio ni en el fin estaba perdido en la esencia de todo respirando
vapores de lo desconocido
Oh Teilhard como
te recuerdo quiero aferrarme y no puedo
Al despertar con
la turbulencia se dio cuenta que volaba hacia una nueva ciudad donde lo
esperaba otra pieza de hotel.
2 de junio de 2016
CUENTO SEMICORTO 17: ELLAS Y LOS ABRAZOS IMAGINARIOS
CSC17
(01.06.2016)
ELLAS Y LOS ABRAZOS IMAGINARIOS
Cruzaron las
miradas por primera vez en la fiesta de cumpleaños de la amiga común de toda la
vida
Aunque compartían
la misma amiga desde siempre nunca habían coincidido en un cumpleaños al mismo
tiempo
Luego
comprenderían que la vida opera de maneras más misteriosas de lo que aparenta
Ella viajaba a ese
pueblo eventualmente desde la capital a visitar su soltera y octogenaria tía
que le absorbía el tiempo con la promesa de ser su única heredera
Cuando la miró le
sorprendieron sus enormes ojos entre pardos y levemente verdosos incrustados en
su rostro moreno y cabellos negros azabache
Tenía cintura
pronunciada y caderas abultadas senos insinuados en unas pequeñas
protuberancias que afloraban a través de la blusa de satín y piernas un tanto
más largas y torneadas que el común de las mujeres
Sin ser exuberante
poseía un cuerpo atractivo y estimulante que no pasaba inadvertido para hombres
deseosos ni para mujeres competidoras
Sin duda tenía una
belleza latente un tanto salvaje que cautivaba a la primera mirada de
cualquiera
Cuando las
presentaron se besaron las mejillas cumpliendo el rito socialmente aceptado de
que todos se besan cuando se conocen y cuando se encuentran
Ambas sintieron al
mismo tiempo que sus bellos se erizaron y un cierto imperceptible rubor
apareció ante los ojos de los demás
A ella le invadió
un intenso calor que le atrapó sus sensibilidades más profundas sintiendo
incluso algunos inesperados efluvios eléctricos
Sí eran como
chispas inocentemente frías de colores azulados y violetas que ruborizaban sus
pieles aflorando sensibilidades recónditas y despertando unos apetitos muy íntimos
Nunca hasta ese
momento había sentido un estremecimiento tan intenso que emergía desde dentro
hacia su piel que se ponía sudorosa y caliente
Una atracción
atávicamente escondida le invadió y al volver a mirarse esas miradas ya no eran
desconocidas sino que entre cómplices desde siempre
La fiesta
transcurrió rápida entre miradas y abrazos imaginarios
La tomó de ambas
manos arrastrándola bruscamente hacia el callejón escondido en donde las
prostitutas se refugian a fumar
La abrazó con la
mano derecha y tomó su pierna izquierda con la otra mano igual que en las
películas que combinan el romance con las pasiones bruscas
Al comienzo ella
la de los ojos plomizos y verduzcos la del pelo intensamente negro se resistió
a los embates inesperados de la visitante
No dijo nada sólo
murmuraba susurros y exhalaba vapores de una noche helada
Luego dejó de
resistirse ya que no había forma de romper esa fuerza irracional que las
envolvía
Se fueron flotando
hacia una habitación imaginaria girando y enrolladas en abrazos y besos que las
asfixiaron hasta que perdieron el conocimiento de las cosas y de los momentos
Las sábanas se
arrugaron y mojaron
Los líquidos se
confundieron en vellos entrelazados y las ventanas permanecieron herméticas
como queriendo mantener dentro de la pieza los vapores de esa noche helada
Cuando la
octogenaria tía heredó su fortuna la visitante juró volver para colmarla de
obsequios valiosos de besos y abrazos imaginarios
Al llegar las
velas del cumpleaños se habían apagado y la torta estaba desmigajada
La niña de los
ojos claros y pelo oscuro brillante se había despedido amorosamente como
acostumbraba sin encontrarse nunca con la visitante
La visitante quedó
con sus regalos en las manos repleta de fortunas esperando si algún día podría
amar ese amor que creyó verdadero
La de los ojos pardos
de gato encelado y de pelaje de pantera que nunca logró besar ni abrazar.
1 de junio de 2016
CUENTO SEMICORTO 16: SENSORIALIDADES EN CUATRO CUENTOS
CSC16 (25.05.2016)
SENSORIALIDADES EN CUATRO CUENTOS
Se subió al
andarivel el más largo que llega a media cima para continuar caminando hacia el
cráter del volcán
Nunca había
sentido vértigo ni temía a las alturas de hecho esquiaba las pistas interminables
y serpenteantes y volaba los aviones sin mayores temores
En esa ocasión al
mirar hacia el abismo sintió un estremecimiento frío y profundo percatándose
que estaba experimentado un pánico inesperado horroroso y descontrolado
No era porque miraba
hacia la profundidad de la quebrada bañada con algunas nieves eternas sino que
era una sensación desbordada que le secaba la boca le palpitaba la vida y le
demolía la existencia desarmando lo único propio que le quedaba su
insignificante humanidad frente a la magnífica montaña
Estaba petrificado
sin alternativas ya que bajarse era morir y no quería morir ya que estaba el
cráter al que debía llegar
Siempre cumplía
sus metas aunque le costara la vida
Al bajarse caminó
tambaleante con sus piernas adormiladas y los ojos un tanto desorbitados
tropezando torpemente con las piedras y resbalando imprudente por las laderas
de magma con materiales piroclásticos desagregados y tefras milenarias
En la cima miró el
horizonte entre azulado y blanco de cúmulos sintiendo algo totalmente distinto
al éxtasis triunfante que imaginó
Sintió algo nuevo
que le redefinió la vida y que no era el resultado de percepciones conocidas
sino que era producto de sensorialidades desconocidas
Se sentó en el
cráter meditando que esas sensaciones no tenían nada que ver con sus sentidos
Cuando era recién adolescente
siempre experimentó la extraña angustia de no saber qué hacer con la primera
mujer que tuviese en sus brazos
Varias noches
despertó mojado de poluciones amorosas amándola sin conocerla y regocijándose
en sus atribulados temores
Qué hacer para
sacarle sus ropas explorar sus piernas y romper sus profundidades más lejanas
oh qué hacer
Le agobiaba la
idea de explorar las lencerías esas intimidades deseosas con las que aparecía
en sus sueños esa mujer desconocida pero que estaba ahí presente real y siempre
desafiante
Cuando cumplió
quince años trabajó como ayudante de cocina en el restaurante de la feria anual
Cada cierto tiempo
se acercaba a la barra colaborando para ganar algunas propinas y se rozaban los
codos como si nada
Ella ya era
levemente mayor de edad y atendía llevando pollos asados y anticuchos
No necesitaron
decirse nada se produjo algo inesperado e interminable que no había imaginado
nunca en sus atribulaciones anteriores
Ella candente y
solícita sin su ayuda dejó caer sus grandes senos blanquecinos aureólicos sobre
su cara y él se dejó amar por esas carnalidades expertas sin recordar temores
ni lencerías que quitar con sus manos
Fue esa noche completa
y misteriosa en que se quedaron en el camastro trasero de la guardia y sus
recuerdos se agolparon en amaneceres que se vislumbraron entre tabiques de
madera rústica
Las poluciones
nocturnas se fueron enrojecidas tristes avergonzadas y erráticas para no volver
nunca
Esa sensorialidad
liberadora fue un sentido que estuvo más allá de sus sentidos
Estaba en la
piscina termal a la que había concurrido insistente en los últimos diez años
para luchar contra el dolor que padecía en su cadera desde el accidente aquel
Estaba
acostumbrado a esa sensación embriagadora del agua termal que adormece y deja
plácidas y relajadas a las gentes
Caminó desde la
piscina por el pasillo cementado hacia el canal del mar gélido y se sumergió
hasta que sintió que rápidamente su cuerpo se entumecía
Repitió dos veces
la rutina hasta experimentar una sensación mareadora que no era la pérdida de
referencia del él respecto de las cosas ni las cosas moviéndose frente a él
No era la presión
arterial que lo aquejaba ni el ritmo cardíaco que se alteraba ni la falta de
aire que lo agobiaba
Era la vida que se
iba inexorablemente se iba rompiendo voluntades y deseos
Ya no había olores
ni sensaciones ni sonidos ni aromas ni tactaciones
Era sensorialidad
pura interna blanca profunda era un sentir ignoto y ciertamente arrogante que
le invadió todo hasta desvanecerse plácido y relajado como lo hacen las gentes
cuando se bañan en aguas termales
Ese sentir
ciertamente no lo volvió a sentir nunca ya que aún no muere
Sólo queda la duda
inquietante acerca de ese sentido que estoy buscando que sé que existe pero que
aún no encuentro y no sé cómo nombrarlo
Quizás en un
cuarto cuento que aún no nace y por lo tanto no siente nada.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)