CSC18
(01.06.2016)
ATERRADO
Llegó solo a la
habitación del hotel de una de las tantas ciudades que visitó porque siempre le
gustó viajar y conocer ciudades nuevas
No entendía por
qué le gustaba tanto conocer ciudades si cada vez que se quedaba solo en la
habitación de cualquier hotel entraba en una zona de pánico que lo envolvía
hasta aterrarlo
Se le producía un
descontrol que el interpretaba como bioquímico que le sobrepasaba los niveles
de conciencia y que entendía que no era conductual
Era pavor un pavor
trascendente ante la detención abrupta de la cotidianidad de la vida
Las habitaciones
de los hoteles eran estáticas inamovibles en su extraña confortabilidad ajena e
impropiamente limpia
Se acostó de
espaldas mirando el cielo raso tratando de encontrar moscas o zancudos vivos o
muertos daba igual no había nadie era la soledad plena
Sintió que el
colchón lo atrapaba y que el cielo se alejaba generando un tubo que lo perdía
en el espacio
Al sentir que el
calor lo agobiaba se desnudó y comenzó a mirar las murallas conversando con
ellas sus atribulaciones desorbitadas
Había aire
acondicionado y el calor igual lo agobiaba le faltaba el aire y una mezcla de
angustia y ansiedad lo aterraba
Quería pensar
claro para evadir esa sensación de vulnerabilidad y desamparo
Comenzó a recordar
sus clases de epistemología divagando será la insoportable levedad del ser de
Kundera será la náusea existencial de Sartre será desengaño o vacío desesperado
será la falta de una noción trascendente y metafísica divagaba
Entonces regresaba
a su ambivalencia emocional y se cobijaba entorno a sus piernas desnudas y
fetalmente miraba el espacio perdido que lo devoraba como lobos hambrientos
Se orinó de terror
y sintió que sus fluidos corporales no estaban vaporosos se habían enfriado
como estertores de muerte blanca
Recordó que cuando
acompañaba a las viudas en los funerales no le gustaba mirar los rostros de los
difuntos porque les temía y prefería recordar las miradas de los vivos
Pero ahora se veía
a sí mismo empalidecido transparente volátil flotando volando entre sedas que
le daban cosquillas y nubes que le invitaban a caer al abismo
Su rostro estaba
muerto pero con los ojos abiertos que le miraban
Se le había
desdoblado la vida y no sabía cómo regresar
El yo había
perdido su ser se había extraviado su seguridad ontológica y derivaba por una
interminable y aterradora duda existencial
Estaba
moribundamente perdido en el éter que era el ethos eterno era alfa y omega era
el principio y el fin
Y él no estaba ni
en el principio ni en el fin estaba perdido en la esencia de todo respirando
vapores de lo desconocido
Oh Teilhard como
te recuerdo quiero aferrarme y no puedo
Al despertar con
la turbulencia se dio cuenta que volaba hacia una nueva ciudad donde lo
esperaba otra pieza de hotel.
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