22 de junio de 2016

Telemedicina Gestión del Conocimiento y aplicaciones en contextos clínico-universitarios.

Videonconferencia
La Telemedicina en la Gestión del Conocimiento
y sus aplicaciones en contextos clínico-universitarios. 
Expondrán:
Dr. Marcial Garcia Rojo, Presidente, Asociación Iberoamericana de Telesalud y Telemedicina (AITT); Dra. Angélica Avendaño Veloso, de la Universidad de Concepción, Chile;
Dr. Marcelo Careaga Butter, de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Chile

Jueves, 30 de Junio 2016, 12:00 PM Chile Time
Para participar registrarse en: 


21 de junio de 2016

CUENTO CORTO PARA NIÑOS (19): FÁBULA DEL ELEFANTE DE COLORES

Mi primer cuento para niños, dedicado con mucho amor para mi nieto Benjamín...
CCPN19
FÁBULA DEL ELEFANTE DE COLORES
Como todos los cuentos para niños este cuento debe comenzar así
Había una vez un elefantito que lo primero que hizo en su vida fue rebotar dos veces sobre la cama de hojas que lo recibió al nacer
Cuando miró hacia arriba lo primero que vio fue una inmensa mancha gris
Era su madre elefante que tenía unas patas de color gris una panza de color gris dos grandes orejas grises y una trompa que era como una larga mano también de color gris
Como nació en un atardecer un tanto sorprendido al mirar a su alrededor notó que todo estaba gris
Al llegar la mañana cuando fue a beber al charco se reflejó en el agua y se dio cuenta que también era de color gris
Entonces se puso muy triste porque creyó que había nacido en un mundo sin colores
De pronto entre los matorrales que rodeaban el charco apareció el duende bueno del bosque quien le preguntó por qué estás tan triste elefantito nuevo
El elefantito le dijo estoy triste porque veo todo gris a mi mamá que es gris al atardecer que es gris y porque yo mismo soy de color gris
Acaso acá no hay colores duende bueno del bosque
El duende le dijo los colores son muchos pero son colores buenos y para los que hacen cosas buenas
Entonces el elefantito comenzó a explorar la selva y de pronto vio a un león persiguiendo a una cebra y vio a una serpiente tras un ratón
Y vio a unos monicacos chillando entre los árboles y unas jirafas golpeándose sus cuellos
Entonces prometió sólo comer hojas y flores para no tener que cazar
Y prometió crecer mucho para no tener que pelear con nadie
Con su trompa atrapó unas hojas tiernas y las comió lentamente
Luego encontró unas flores silvestres de muchos colores y se las comió entretenido
A la mañana siguiente cuando fue a beber fue muy grande su sorpresa al ver reflejadas en el charco sus grandes orejas de muchos colores
Se puso a correr y saltar con tanta alegría hasta que se quedó dormido en el bosque sobre una cama de pasto y de hierbas verdes
En su sueño el duende bueno le dijo cada vez que hagas algo bueno te pintarás de colores
Así el elefante creció y caminó siempre tranquilo y lentamente por la selva ayudando a los animales heridos consolando a las hienas cuando lloraban y bañando con su trompa con grandes chorros de agua a los tigres y las cebras
Como siempre caminaba ayudando a los otros animales e iba por la selva comiendo pastos y flores nunca más volvió a verse reflejado en el charco de agua
Todos los animales cuando lo veían venir decían ahí viene el elefante bueno pintado de colores
Todos querían que fuera el nuevo rey de la selva
El duende está feliz en el bosque esperando a que nazca otro animal bueno para hacerlo rey y pintarlo de colores.

7 de junio de 2016

GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y RELACIONES INTERCULTURALES: UN MODELO APLICADO EN CHILE

Tenemos publicado un nuevo libro en AMAZON titulado:

GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO Y RELACIONES INTERCULTURALES:
UN MODELO APLICADO EN CHILE
Autora: Carole Benassi
Coautores: Marcelo Careaga, Eileen Sepúlveda


CUENTO SEMICORTO 18: ATERRADO

CSC18 (01.06.2016)
ATERRADO

Llegó solo a la habitación del hotel de una de las tantas ciudades que visitó porque siempre le gustó viajar y conocer ciudades nuevas

No entendía por qué le gustaba tanto conocer ciudades si cada vez que se quedaba solo en la habitación de cualquier hotel entraba en una zona de pánico que lo envolvía hasta aterrarlo

Se le producía un descontrol que el interpretaba como bioquímico que le sobrepasaba los niveles de conciencia y que entendía que no era conductual

Era pavor un pavor trascendente ante la detención abrupta de la cotidianidad de la vida

Las habitaciones de los hoteles eran estáticas inamovibles en su extraña confortabilidad ajena e impropiamente limpia

Se acostó de espaldas mirando el cielo raso tratando de encontrar moscas o zancudos vivos o muertos daba igual no había nadie era la soledad plena

Sintió que el colchón lo atrapaba y que el cielo se alejaba generando un tubo que lo perdía en el espacio

Al sentir que el calor lo agobiaba se desnudó y comenzó a mirar las murallas conversando con ellas sus atribulaciones desorbitadas

Había aire acondicionado y el calor igual lo agobiaba le faltaba el aire y una mezcla de angustia y ansiedad lo aterraba

Quería pensar claro para evadir esa sensación de vulnerabilidad y desamparo

Comenzó a recordar sus clases de epistemología divagando será la insoportable levedad del ser de Kundera será la náusea existencial de Sartre será desengaño o vacío desesperado será la falta de una noción trascendente y metafísica divagaba

Entonces regresaba a su ambivalencia emocional y se cobijaba entorno a sus piernas desnudas y fetalmente miraba el espacio perdido que lo devoraba como lobos hambrientos

Se orinó de terror y sintió que sus fluidos corporales no estaban vaporosos se habían enfriado como estertores de muerte blanca

Recordó que cuando acompañaba a las viudas en los funerales no le gustaba mirar los rostros de los difuntos porque les temía y prefería recordar las miradas de los vivos

Pero ahora se veía a sí mismo empalidecido transparente volátil flotando volando entre sedas que le daban cosquillas y nubes que le invitaban a caer al abismo

Su rostro estaba muerto pero con los ojos abiertos que le miraban

Se le había desdoblado la vida y no sabía cómo regresar

El yo había perdido su ser se había extraviado su seguridad ontológica y derivaba por una interminable y aterradora duda existencial

Estaba moribundamente perdido en el éter que era el ethos eterno era alfa y omega era el principio y el fin

Y él no estaba ni en el principio ni en el fin estaba perdido en la esencia de todo respirando vapores de lo desconocido

Oh Teilhard como te recuerdo quiero aferrarme y no puedo

Al despertar con la turbulencia se dio cuenta que volaba hacia una nueva ciudad donde lo esperaba otra pieza de hotel.

2 de junio de 2016

CUENTO SEMICORTO 17: ELLAS Y LOS ABRAZOS IMAGINARIOS

CSC17 (01.06.2016)
ELLAS Y LOS ABRAZOS IMAGINARIOS

Cruzaron las miradas por primera vez en la fiesta de cumpleaños de la amiga común de toda la vida

Aunque compartían la misma amiga desde siempre nunca habían coincidido en un cumpleaños al mismo tiempo

Luego comprenderían que la vida opera de maneras más misteriosas de lo que aparenta

Ella viajaba a ese pueblo eventualmente desde la capital a visitar su soltera y octogenaria tía que le absorbía el tiempo con la promesa de ser su única heredera

Cuando la miró le sorprendieron sus enormes ojos entre pardos y levemente verdosos incrustados en su rostro moreno y cabellos negros azabache

Tenía cintura pronunciada y caderas abultadas senos insinuados en unas pequeñas protuberancias que afloraban a través de la blusa de satín y piernas un tanto más largas y torneadas que el común de las mujeres

Sin ser exuberante poseía un cuerpo atractivo y estimulante que no pasaba inadvertido para hombres deseosos ni para mujeres competidoras

Sin duda tenía una belleza latente un tanto salvaje que cautivaba a la primera mirada de cualquiera

Cuando las presentaron se besaron las mejillas cumpliendo el rito socialmente aceptado de que todos se besan cuando se conocen y cuando se encuentran

Ambas sintieron al mismo tiempo que sus bellos se erizaron y un cierto imperceptible rubor apareció ante los ojos de los demás

A ella le invadió un intenso calor que le atrapó sus sensibilidades más profundas sintiendo incluso algunos inesperados efluvios eléctricos

Sí eran como chispas inocentemente frías de colores azulados y violetas que ruborizaban sus pieles aflorando sensibilidades recónditas y despertando unos apetitos muy íntimos

Nunca hasta ese momento había sentido un estremecimiento tan intenso que emergía desde dentro hacia su piel que se ponía sudorosa y caliente

Una atracción atávicamente escondida le invadió y al volver a mirarse esas miradas ya no eran desconocidas sino que entre cómplices desde siempre

La fiesta transcurrió rápida entre miradas y abrazos imaginarios

La tomó de ambas manos arrastrándola bruscamente hacia el callejón escondido en donde las prostitutas se refugian a fumar

La abrazó con la mano derecha y tomó su pierna izquierda con la otra mano igual que en las películas que combinan el romance con las pasiones bruscas

Al comienzo ella la de los ojos plomizos y verduzcos la del pelo intensamente negro se resistió a los embates inesperados de la visitante

No dijo nada sólo murmuraba susurros y exhalaba vapores de una noche helada

Luego dejó de resistirse ya que no había forma de romper esa fuerza irracional que las envolvía

Se fueron flotando hacia una habitación imaginaria girando y enrolladas en abrazos y besos que las asfixiaron hasta que perdieron el conocimiento de las cosas y de los momentos

Las sábanas se arrugaron y mojaron

Los líquidos se confundieron en vellos entrelazados y las ventanas permanecieron herméticas como queriendo mantener dentro de la pieza los vapores de esa noche helada

Cuando la octogenaria tía heredó su fortuna la visitante juró volver para colmarla de obsequios valiosos de besos y abrazos imaginarios

Al llegar las velas del cumpleaños se habían apagado y la torta estaba desmigajada

La niña de los ojos claros y pelo oscuro brillante se había despedido amorosamente como acostumbraba sin encontrarse nunca con la visitante

La visitante quedó con sus regalos en las manos repleta de fortunas esperando si algún día podría amar ese amor que creyó verdadero

La de los ojos pardos de gato encelado y de pelaje de pantera que nunca logró besar ni abrazar.

1 de junio de 2016

CUENTO SEMICORTO 16: SENSORIALIDADES EN CUATRO CUENTOS

CSC16 (25.05.2016)
SENSORIALIDADES EN CUATRO CUENTOS

Se subió al andarivel el más largo que llega a media cima para continuar caminando hacia el cráter del volcán

Nunca había sentido vértigo ni temía a las alturas de hecho esquiaba las pistas interminables y serpenteantes y volaba los aviones sin mayores temores

En esa ocasión al mirar hacia el abismo sintió un estremecimiento frío y profundo percatándose que estaba experimentado un pánico inesperado horroroso y descontrolado

No era porque miraba hacia la profundidad de la quebrada bañada con algunas nieves eternas sino que era una sensación desbordada que le secaba la boca le palpitaba la vida y le demolía la existencia desarmando lo único propio que le quedaba su insignificante humanidad frente a la magnífica montaña

Estaba petrificado sin alternativas ya que bajarse era morir y no quería morir ya que estaba el cráter al que debía llegar

Siempre cumplía sus metas aunque le costara la vida

Al bajarse caminó tambaleante con sus piernas adormiladas y los ojos un tanto desorbitados tropezando torpemente con las piedras y resbalando imprudente por las laderas de magma con materiales piroclásticos desagregados y tefras milenarias

En la cima miró el horizonte entre azulado y blanco de cúmulos sintiendo algo totalmente distinto al éxtasis triunfante que imaginó

Sintió algo nuevo que le redefinió la vida y que no era el resultado de percepciones conocidas sino que era producto de sensorialidades desconocidas

Se sentó en el cráter meditando que esas sensaciones no tenían nada que ver con sus sentidos

Cuando era recién adolescente siempre experimentó la extraña angustia de no saber qué hacer con la primera mujer que tuviese en sus brazos

Varias noches despertó mojado de poluciones amorosas amándola sin conocerla y regocijándose en sus atribulados temores

Qué hacer para sacarle sus ropas explorar sus piernas y romper sus profundidades más lejanas oh qué hacer

Le agobiaba la idea de explorar las lencerías esas intimidades deseosas con las que aparecía en sus sueños esa mujer desconocida pero que estaba ahí presente real y siempre desafiante

Cuando cumplió quince años trabajó como ayudante de cocina en el restaurante de la feria anual

Cada cierto tiempo se acercaba a la barra colaborando para ganar algunas propinas y se rozaban los codos como si nada

Ella ya era levemente mayor de edad y atendía llevando pollos asados y anticuchos

No necesitaron decirse nada se produjo algo inesperado e interminable que no había imaginado nunca en sus atribulaciones anteriores

Ella candente y solícita sin su ayuda dejó caer sus grandes senos blanquecinos aureólicos sobre su cara y él se dejó amar por esas carnalidades expertas sin recordar temores ni lencerías que quitar con sus manos

Fue esa noche completa y misteriosa en que se quedaron en el camastro trasero de la guardia y sus recuerdos se agolparon en amaneceres que se vislumbraron entre tabiques de madera rústica

Las poluciones nocturnas se fueron enrojecidas tristes avergonzadas y erráticas para no volver nunca

Esa sensorialidad liberadora fue un sentido que estuvo más allá de sus sentidos

Estaba en la piscina termal a la que había concurrido insistente en los últimos diez años para luchar contra el dolor que padecía en su cadera desde el accidente aquel

Estaba acostumbrado a esa sensación embriagadora del agua termal que adormece y deja plácidas y relajadas a las gentes

Caminó desde la piscina por el pasillo cementado hacia el canal del mar gélido y se sumergió hasta que sintió que rápidamente su cuerpo se entumecía

Repitió dos veces la rutina hasta experimentar una sensación mareadora que no era la pérdida de referencia del él respecto de las cosas ni las cosas moviéndose frente a él

No era la presión arterial que lo aquejaba ni el ritmo cardíaco que se alteraba ni la falta de aire que lo agobiaba

Era la vida que se iba inexorablemente se iba rompiendo voluntades y deseos

Ya no había olores ni sensaciones ni sonidos ni aromas ni tactaciones

Era sensorialidad pura interna blanca profunda era un sentir ignoto y ciertamente arrogante que le invadió todo hasta desvanecerse plácido y relajado como lo hacen las gentes cuando se bañan en aguas termales

Ese sentir ciertamente no lo volvió a sentir nunca ya que aún no muere

Sólo queda la duda inquietante acerca de ese sentido que estoy buscando que sé que existe pero que aún no encuentro y no sé cómo nombrarlo

Quizás en un cuarto cuento que aún no nace y por lo tanto no siente nada.